Lo natural en madres que son psicológicamete sanas es que amen a sus
hijos y por ello les hacen saber con hechos y palabras que son amados de
manera incondicional, protegiéndolos, educándolos y ayudándoles a ser
mejores personas. Pero qué sucede cuando una madre en su papel de hija
en vez de sentirse amada por sus padres se sintió rechazada, en lugar de
recibir disciplina en amor, fueron gritos y explosiones; a cambio de
presencia fue ausencia; en vez de palabras positivas, fueron críticas y
ofensas; en vez de protección fue abuso. Quizá le tocó vivir en un
ambiente donde uno de los padres consumía alcohol, drogas; el ver a mamá
con uno y con otro, incluso pudo tener una excelente relación con sus
padres, pero haber pasado una mala experiencia con el esposo, el padre
de sus hijos provocándole heridas en el alma, afectando con ello también
la relación con los hijos.
Si tu eres una madre que ha sido lastimada, guardando cosas
desagradables en tu corazón y que de manera inconsciente o consciente
estás afectando la relación con tus hijos, te invito a que sigas los
siguientes tres pasos.
Estar dispuesta
Una madre lastimada, no significa que no desee el bien a sus hijos o
que no los ame, claro que los ama, pero es muy difícil dar lo que no se
tiene, y lamentablemente un alma herida, tiende a lastimar a los demás,
provoca a veces, aunque no quiera momentos de frustración, tristeza y
enojo, por ello, se dan tantos casos de madres que por cualquier detalle
se la pasan gritando, dicen palabras hirientes, ofensivas y hasta
llegan hablar mal de la paternidad, y después pueden arrepentirse pero
cuando menos lo piensan siguen cometiendo el mismo error, entonces el
primer paso para corregir el camino, es estar dispuesta a limpiar y
vendar las heridas, para ello debes aceptar que hay cosas de tu pasado
que no puedes cambiar, y enfocarte en lo que sí puedes, como mejorar la
relación con tus hijos y la manera de tratarlos.
Si hay alo en tu vida que te parece demasiado fuerte, puedes salir
adelante. La biblia nos habla de grandes hombres y mujeres de Dios que
pasaron por dificultades muy grandes, incluso en algún momento perdieron
los ánimos de seguir viviendo, personajes como Job, Moisés, Elías y
otros, lograron superarlas logrando cosas sorprendentes.
Encuentra ayuda
Sabemos que esta vida es muy corta y que está llena de problemas,
pero Dios es el principal interesado en que superemos las adversidades,
así que te invito a que hables con Dios, comunícale todo lo que sientes,
vacía todas tus emociones, aquello que te ha lastimado y que deseas
sanar totalmente, recuerda que la oración es el mejor recurso para
hablar con Dios en cualquier momento para cualquier cosa que quieras
decirle.
Después busca a una amiga o alguien de la familia de confianza que
pueda escucharte, platícale como te sientes y que tu gran deseo es sanar
el corazón por lo que necesitas ayuda para superarlo, y si es necesario
juntas busquen a un profesional capacitado en tratar transtornos
emocionales.
Así como la gente que padece del corazón acude al cardiologo, las
mujeres con situaciones de la matriz, acude al ginecólogo, también hay
psicólogos, psiquiatras, orientadores familiares que ayudan a quienes
padecen transtornos emocionales. La ciencia reconoce que hay una amplia
variedad de desórdenes psicológicos, algunos de los cuales son
emocionales y otros físicos. Que no te de pena buscar ayuda profesional,
no tienes porqué avergonzarte, como tampoco lo haces cuando acudes con
un especialista por enfermedad física. Recuerda Dios ha puesto la
medicina y a los médicos en este mundo como un instrumento más.
Enfócate en lo bueno
Como en esta vida todo es un proceso, mientras logras superar poco a
poco las heridas del alma con lo ya mencionado, es importante que te
enfoques en lo bueno, tu hijo, lo más valioso que Dios te ha prestado,
para que le des lo mejor de ti, lo ayudes a ser mejor persona, madre o
padre de familia, un buen ciudadano y siervo de Dios, para que al final
del camino puedas decir “bien hecho”.
Si sientes que es muy tarde porque tu hijo ya está grande, déjame
decirte que nunca es tarde para aprovechar la oportunidad de hacer lo
correcto, en este caso, tú, junto con yu hijo busquen reconciliarse y
recibir ayuda ambos, porque tus nietos merecen recibir lo mejor, y los
hijos de tus nietos también. Hoy puedes hacer la diferencia con tu
descendencia.

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