En estos tiempos donde el matrimonio pareciera más una vida en
sacrificio que de plenitud y felicidad, sí existe la manera de
convertirte en una esposa feliz y no por apariencia si no porque puedes
alcanzar un estilo de vida permanente en amor, respeto y servicio, que
por ende reflejará armonía en tu persona, hogar e hijos.
En principio, tienes que entender que cuando dijiste “Sí, Acepto”
asumiste el compromiso de amar y hacer feliz a tu esposo. De hecho,
para que un matrimonio funcione cada uno tiene que concentrarse en la
otra persona, más que en uno mismo.
La mujer que se casa con la idea de que él la va a ser feliz, está
condenada a frustrarse esperando recibir para dar, cuando debe ser a la
inversa, dar, darse, y como consecuencia estará recibiendo, como nos
dice la Biblia en la ley de la cosecha: “Cualquiera que siembra
escasamente también recogerá escasamente, y cualquiera que siembra
generosamente, también generosamente segará“.
Mujer, nos casamos para ser felices en nuestra relación matrimonial, y
si realmente quieres lograrlo, si quieres ser una esposa plena, tu
objetivo debe ser hacer feliz a tu esposo.
Siempre y cuando no esté en amenaza tu integridad física y
psicológica por el abuso de un hombre con problemas de adicción ya sea
al alcohol, las drogas, la pornografía, las apuestas, infidelidad o
incluso que no quiera trabajar, hacerse responsable de la parte
económica para su familia, entonces adelante con estas recomendaciones.
No importa cuantos años de casada tengas, hoy es el día para que
empieces a sembrar en que tu esposo sea mejor cada día, y para eso te
sugiero lo siguiente:
1) Acepta a tu esposo como es
Cuando decidiste casarte, no solo aceptaste a tu esposo en las buenas
y en las malas, en la enfermedad y en la salud, en la abundancia y la
escasez, si no también con sus costumbres, carácter, temperamento,
aunque muchos de estos aspectos los desconocías y los descubriste
durante la convivencia matrimonial. Es importante que lo aceptes con
todo y letras pequeñas, como los contratos una vez firmados estás
aceptando las condiciones aún cuando se te haya escapado leer algunas de
las cláusulas, y que para tu sorpresa con el tiempo no te favorecen.
Así que para no vivir frustrada, acéptalo como es, tú no puedes cambiarlo. Como dijo el poeta italiano Dante Alighieri, “Hay un secreto para vivir feliz con la persona amada: no pretender modificarla.”
Lo que sí, el amor conyugal, puede provocar efectos positivos en su
persona. Por ejemplo, tal vez hay un esposo de carácter impulsivo, se
enoja fácilmente, pero cuando le tienes paciencia y lo tratas con
amabilidad puedes contrarrestar esa parte. Es cuando a pesar de cómo es,
puedes sacar lo mejor de la persona. El no va cambiar, pero por
consideración a ti, puede mejorar esa parte.
2) Se fácil de amar
Nadie se puede resistir a una persona amable, porque quien practica
la amabilidad le facilita a los demás caerle bien, que la quieran o la
amen, así que tienes que hacer todo lo posible por facilitarle a tu
esposo que te ame, que no batalle, al contrario, por ese buen carácter,
esa esposa que lo espera en casa con una sonrisa, muy arregladita,
atractiva para comer o cenar, esté feliz de llegar a su hogar.
Son esos pequeños detalles como una sonrisa, una atención, una
cortesía, lo que cambia nuestras vidas porque hacen más feliz a los que
nos rodean y que mejor que el esposo, para que añore estar en casa, y no
prefiera otros motivos para estar fuera de casa, hasta trabajar horas
extras o atender reuniones fuera.
La amabilidad puede cambiar el ambiente, una respuesta apacible
impacta en la reacción del otro aun cuando se haya portado grosero y
maleducado.
3) Actúa en su beneficio
No importa con quién y cuántas veces te cases si, estás más enfocada
en ti, en lo que la otra persona puede darte, o hacerte feliz, más que
en lo que tu puedes darle, te llevará al fracaso y la frustración.
La mejor decisión en cuanto a tu matrimonio es vivir entregada a la
preferencia del otro. Conviene que él crezca y tú mengues. Así, amar es
preferir al otro, preferirte por él. Sorprendentemente cuanto más se
abre el alma hacia el otro, más te engrandeces tú.
Tú mejor que nadie conoces a tu esposo, piensa qué lo hace feliz, o
que lo haría feliz a partir de tus acciones y palabras, búscalo y
deléitate en la intimidad. Se dice que el amor conyugal es un espacio
donde se puede volar toda la creatividad y libertad para hacer feliz al
otro.
Entonces haz tu lista y empieza hoy, verás que lo sembrado hoy te traerá grandes frutos.
En estos tiempos donde el matrimonio pareciera más una vida en
sacrificio que de plenitud y felicidad, sí existe la manera de
convertirte en una esposa feliz y no por apariencia si no porque puedes
alcanzar un estilo de vida permanente en amor, respeto y servicio, que
por ende reflejará armonía en tu persona, hogar e hijos.
En principio, tienes que entender que cuando dijiste “Sí, Acepto”
asumiste el compromiso de amar y hacer feliz a tu esposo. De hecho,
para que un matrimonio funcione cada uno tiene que concentrarse en la
otra persona, más que en uno mismo.
La mujer que se casa con la idea de que él la va a ser feliz, está
condenada a frustrarse esperando recibir para dar, cuando debe ser a la
inversa, dar, darse, y como consecuencia estará recibiendo, como nos
dice la Biblia en la ley de la cosecha: “Cualquiera que siembra
escasamente también recogerá escasamente, y cualquiera que siembra
generosamente, también generosamente segará“.
Mujer, nos casamos para ser felices en nuestra relación matrimonial, y
si realmente quieres lograrlo, si quieres ser una esposa plena, tu
objetivo debe ser hacer feliz a tu esposo.
Siempre y cuando no esté en amenaza tu integridad física y
psicológica por el abuso de un hombre con problemas de adicción ya sea
al alcohol, las drogas, la pornografía, las apuestas, infidelidad o
incluso que no quiera trabajar, hacerse responsable de la parte
económica para su familia, entonces adelante con estas recomendaciones.
No importa cuantos años de casada tengas, hoy es el día para que
empieces a sembrar en que tu esposo sea mejor cada día, y para eso te
sugiero lo siguiente:
1) Acepta a tu esposo como es
Cuando decidiste casarte, no solo aceptaste a tu esposo en las buenas
y en las malas, en la enfermedad y en la salud, en la abundancia y la
escasez, si no también con sus costumbres, carácter, temperamento,
aunque muchos de estos aspectos los desconocías y los descubriste
durante la convivencia matrimonial. Es importante que lo aceptes con
todo y letras pequeñas, como los contratos una vez firmados estás
aceptando las condiciones aún cuando se te haya escapado leer algunas de
las cláusulas, y que para tu sorpresa con el tiempo no te favorecen.
Así que para no vivir frustrada, acéptalo como es, tú no puedes cambiarlo. Como dijo el poeta italiano Dante Alighieri, “Hay un secreto para vivir feliz con la persona amada: no pretender modificarla.”
Lo que sí, el amor conyugal, puede provocar efectos positivos en su
persona. Por ejemplo, tal vez hay un esposo de carácter impulsivo, se
enoja fácilmente, pero cuando le tienes paciencia y lo tratas con
amabilidad puedes contrarrestar esa parte. Es cuando a pesar de cómo es,
puedes sacar lo mejor de la persona. El no va cambiar, pero por
consideración a ti, puede mejorar esa parte.
2) Se fácil de amar
Nadie se puede resistir a una persona amable, porque quien practica
la amabilidad le facilita a los demás caerle bien, que la quieran o la
amen, así que tienes que hacer todo lo posible por facilitarle a tu
esposo que te ame, que no batalle, al contrario, por ese buen carácter,
esa esposa que lo espera en casa con una sonrisa, muy arregladita,
atractiva para comer o cenar, esté feliz de llegar a su hogar.
Son esos pequeños detalles como una sonrisa, una atención, una
cortesía, lo que cambia nuestras vidas porque hacen más feliz a los que
nos rodean y que mejor que el esposo, para que añore estar en casa, y no
prefiera otros motivos para estar fuera de casa, hasta trabajar horas
extras o atender reuniones fuera.
La amabilidad puede cambiar el ambiente, una respuesta apacible
impacta en la reacción del otro aun cuando se haya portado grosero y
maleducado.
3) Actúa en su beneficio
No importa con quién y cuántas veces te cases si, estás más enfocada
en ti, en lo que la otra persona puede darte, o hacerte feliz, más que
en lo que tu puedes darle, te llevará al fracaso y la frustración.
La mejor decisión en cuanto a tu matrimonio es vivir entregada a la
preferencia del otro. Conviene que él crezca y tú mengues. Así, amar es
preferir al otro, preferirte por él. Sorprendentemente cuanto más se
abre el alma hacia el otro, más te engrandeces tú.
Tú mejor que nadie conoces a tu esposo, piensa qué lo hace feliz, o
que lo haría feliz a partir de tus acciones y palabras, búscalo y
deléitate en la intimidad. Se dice que el amor conyugal es un espacio
donde se puede volar toda la creatividad y libertad para hacer feliz al
otro.
Entonces haz tu lista y empieza hoy, verás que lo sembrado hoy te traerá grandes frutos.

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